Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

jueves, 6 de mayo de 2010

Striptease emocional.

Vergonzosamente me veo hablando del pasado como si fuera presente y de forma poco sutil redacto mi presente en pasado anterior por miedo a que se convierta en el condicional de un futuro perfecto. Que si eres lo que bebes yo hace tiempo que asumí que estoy compuesta de una sustancia que te maravilla por la noche y por la mañana te da dolor de cabeza. Nada, no te cortes, mañana susurrame "te quiero, nena" que yo te contestaré con afonía fingida "¿dónde tienes el ibuprofeno, mi amor?" No hay más, sotacaballoyrey. Y el rey de los cuerpos el tuyo, ¡menudo cuerpo, señoras y señores! Más que nada por el golpe que me produce al abrazarme, es esa sensación de subir a 17895369077983 metros de altura y caer al instante. Todo es emoción y aquí, poco a poco, me voy desnudando. Igual de mágico que puede ser un striptease profesional lo puede ser uno emocional. Hoy te sorprendo con mi sentimiento rojo putón en raso. Así es la vida y yo me comí la pera de tu olmo. Si paseamos y no te miro es que sabes que nunca sobran las sombras para que vea como admiro tu inteligencia. La suerte se la busca uno mismo, ¿sabes? Y mi suerte es saber que existes y sonreír porque te he buscado y te he encontrado, y tú mis cosquillas en las costillas, cosa que no tiene mérito ninguno pero... ¡qué cojones, te voy a aplaudir! Debería hacerlo más a menudo, sí. Esto sale sale sin querer, como tocar el piano y tocarnos en pianissimo también.