Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Que el artista sea feliz.

¿Arte? Lo siento, el arte ha muerto. Nietzsche ya nos invito al funeral de Dios y hoy por las calles la gente ignora las esquelas del arte. Siéntate a mi lado, te invito a una taza de café, mientras tienes que ir convenciéndome de que todavía hay gente que siente una orgía de sensaciones al escuchar unos dedos ágiles deslizarse por un piano, al leer unas cuantas palabras unidas de forma acertada, al sentir como te penetra la mirada de ese niño somalí a través de las moscas en una foto en blanco y negro. Vale, me has convencido. El arte no ha muerto, el arte nos rodea, está en cada partícula de aire que nos envuelve, está en esa sonrisa que nos conquista porque… a fin de cuentas la forma de hacer arte es lo de menos y hoy, lo importante, es que el artista sea feliz.

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