Justo ahora que sumo 20, hago recuento y todo sigue igual. En los últimos años nada ha cambiado y es que me apasiona la música, la fotografía, los gatos y hacer el amor. Puedo emborracharme y perderme en conversaciones filosóficas desde un viernes hasta el domingo a las ocho de la tarde, luego nos toca continuar con nuestras vidas. Ahora que sumo 20 me he fijado en que en las calles, cerca de las iglesias, hay gitanas a las que le sobra el romero y perfuman con su pobreza, y también que todos nuestros príncipes son siempre ninfómanos y románticos al mismo tiempo. Mi cabeza es un completo kaos pero será por el desorden que hay en mi armario, en mis sábanas y hasta en mis besos. Estoy enamorada de Bukowski y de su prosa, de Rayuela y de su incoherencia (a veces me confundo con La Maga, pero sólo cuando miente a Oliveira). Ahora que sumo 20 tengo unas ganas locas de comerme el mundo y no sé ni por dónde empezar, sigo siendo una niña y me empacho con tan sólo pensarlo. Todavía tengo toda una vida por delante para plantearme qué quiero hacer con toda esta vida que tengo por delante.
jueves, 8 de septiembre de 2011
20.
Justo ahora que sumo 20, hago recuento y todo sigue igual. En los últimos años nada ha cambiado y es que me apasiona la música, la fotografía, los gatos y hacer el amor. Puedo emborracharme y perderme en conversaciones filosóficas desde un viernes hasta el domingo a las ocho de la tarde, luego nos toca continuar con nuestras vidas. Ahora que sumo 20 me he fijado en que en las calles, cerca de las iglesias, hay gitanas a las que le sobra el romero y perfuman con su pobreza, y también que todos nuestros príncipes son siempre ninfómanos y románticos al mismo tiempo. Mi cabeza es un completo kaos pero será por el desorden que hay en mi armario, en mis sábanas y hasta en mis besos. Estoy enamorada de Bukowski y de su prosa, de Rayuela y de su incoherencia (a veces me confundo con La Maga, pero sólo cuando miente a Oliveira). Ahora que sumo 20 tengo unas ganas locas de comerme el mundo y no sé ni por dónde empezar, sigo siendo una niña y me empacho con tan sólo pensarlo. Todavía tengo toda una vida por delante para plantearme qué quiero hacer con toda esta vida que tengo por delante.
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