Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

jueves, 31 de marzo de 2011

En tus manos.


La conversación era seria, o eso creo, no sé, no podía evitar prestar toda mi atención a tus manos. Había un montón de certezas volando sobre la palma de tu mano izquierda que gesticulaba sin parar. Tu mano derecha tenía prisionera toda tu verdad, el puño estaba cerrado y apretabas con fuerza como si dentro escondieras una pelotita antiestrés multicolor y con un estampado horrible. A mi alrededor había deseos lanzados al aire y decepciones que botaban sin parar. Notaba como tus creencias y pensamientos impactaban contra la pared. Sólo me concentraba en observar tus manos sintiendo como la resignación se escapaba por la ventana tras pasar por mis ojos y su eterna expresión de confusión. De pronto tus manos chocaron y entrelazaste tus dedos, uno a uno, fuerte, muy fuerte.
-Bueno, por mi parte ya está todo dicho, ¿tú qué opinas?
-...
-Sí, tienes razón, necesitas tiempo para pensarlo.

Cuando ese tiempo pasó entendí lo que había sucedido en ese choque de manos. Estabas estrangulando todos tus sentimientos... hasta matarlos.

sábado, 26 de marzo de 2011

Sin título.

Nada de lo que hagas cuenta si para los demás no cuenta nada. Puede que al final no vaya a conseguir nada pero al menos creo en lo que hago, si fuerzas la máquina se rompe, está claro. He dejado de creer en las conversaciones, no existen, son todas puras competiciones. Definitivamente echo de menos demasiadas cosas y a muy poca gente. Estoy arañando hasta el último centímetro de mi vida, ese mismo que separa el valor del valiente del temor del cobarde. Según acumulo momentos que no me pertenecen más voy desapareciendo, soy humo con rumbo descendiente. Hay un eje en mi vida que no consigo encontrar y todo es una espiral de irrealidad. Mis semanas van pasando entre rápido y lento, entre un "todo es posible" y un "nada va a cambiar". Mis historias empiezan como una película de terror, avanzan siendo una tragicomedia y finalizan siendo pura ciencia ficción. A día de hoy, aún me atrevo a afirmar que, todavía no he conocido al chico que no me llegue a decepcionar. Prométeme que barrerás mis escombros.

lunes, 14 de marzo de 2011

SinParar.


No dejes de caminar, escúchame pero sin dejar de andar. El rendirse nunca fue una opción y tú tienes fuerzas y valor para todo lo que pueda venir. Deja de pensar en el qué dirán los demás y en todas esas amenazas de futuro que aún están por inventar. Tienes una oportunidad, y no sabes si la volverás a tener así que, aprovéchala. Sigue escuchando y no mires hacia atrás. Lo que ya ha pasado no va a cambiar porque retrocedas, recuérdalo bien, tus pies dejan huella en cada paso que das. Hazte un tatuaje, un arma o una frase de guerra que te ayude a luchar. Todo lo que necesitas está sólo en ti y en ningún sitio más, no lo olvides. Cuando el miedo te atrape y no sepas qué hacer mira ese tatuaje, te ayudará a recordarlo. Camina sin parar y escucha lo más importante, busca que se esconde en tus ojos, la imagen que aparece cuando los cierras sin pensar. Inténtalo y se te dibujará una sonrisa que ni tú podrías explicar.


Hay textos con nombre propio.

sábado, 5 de marzo de 2011

Con los dedos de los pies.

Lo mejor de la vida lo podemos contar con los dedos de los pies, porque son así, pequeñas cosas insignificantes a las que nunca prestamos atención pero no podríamos soportar perderlas y miramos raro a los que tienen de más. Son esas cosas como reírse a carcajadas sin importar el ruido que hagas, unos brazos que se abren para recibirte, filosofar con un mendigo de madrugada, apretar la mano de alguien en quien confías, las miradas secretas con mensajes subliminales, comerse un cuenco de fresas con nata, encontrar una sonrisa que paralice al mundo para cambiar el significado de las cosas, volver a ver a alguien querido después de un tiempo, crear una obra de arte, que me beses en el momento y en el sitio más inesperado. Esos son los diez dedos de mis pies aunque también puede ser como esa canción que se te encadena hasta en el alma y te hace prisionera de las cuerdas de su guitarra.