Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

lunes, 31 de enero de 2011

De ti, me pone hasta tu forma de reír.


Todos los tópicos de este mundo los rompe él con su nombre. Nunca ha conseguido deslumbrar a nadie por su inteligencia ni tampoco ha sido objetivo de admiración alguna pero a mí me ha enseñado más que cualquier otra persona. Digamos que él apareció una noche de la nada y entre unos tragos de cerveza y conversación de barra de bar me enseñó a quererle sin juzgar ninguna de sus acciones, que su corazón está lleno de rasguños porque es tan grande que no le cabe en el pecho. ¿Quién se iba a imaginar que esa noche todas mis tiritas iban a ser para él? Vamos a joder al amor antes de que el amor nos joda y no podamos seguir jodiéndonos de esa forma tan nuestra.

viernes, 7 de enero de 2011

Sin orden ni lógica.

Suelo confundirme, no sé pensar con claridad, nunca sé lo que quiero pero jamás te mentiría. A veces hago daño a lo que más quiero, ¿qué te voy a decir a ti? Ya no quiero sentir más porque si algo es seguro es que a los sentimientos nunca les hemos importado y me cansa tanta indiferencia.

Siento vértigo cuando me emborracho y tardo menos en equilibrarme que en parar ese maldito tembleque de mis rodillas, que no siempre es a causa del frío. Puedo afirmar que hay cuando no tengo nada, y aún así, puedo con todo, también hay cuando no puedo con nada y, además, ni siquiera lo quiero.

Golpear, resbalar, recibir más golpes, esquivar, te quedas entre la piel y la pared con todas esas heridas que suponen un misterio en la resaca, pero ya da igual, a nadie le va a preocupar, todo es cuestión de no salpicar.

Atrévete a rebelarte, a mandarlo todo a la mierda, a luchar por ser uno mismo. No entiendo el "se mira pero no se toca", quiero mirar y quiero tocar. La vida sin peligro es como un disfraz sin cuerpo, algo pomposo y hueco. Ya sabes, acción y reacción, dentro de poco me reencarnaré en nuestros más sucios instintos.

Ahora apenas soy la indomable locura de nuestras intenciones sin llevar a cabo, me ducho con garrafón barato y despierto intoxicada en gas lacrimógeno. CONFUSIÓN, con eso trato de explicarlo todo. A fin de cuentas la locura nos supone una inmortalidad más a la que sujetarnos y me siento identificada con ella, es una bonita respuesta y bastante estúpida e inútil.

También es verdad que a veces miento con eso de que vivo feliz en mi locura y en mi alegre confusión, que vivo mi placer en la deriva y nada, cada uno a su dilema, el mío hace tiempo que fracasó y sigue en interrogante continuo.

No es tan ingenuo preferir el amor a primera vista a tristes intentos de soledad aliñada con rencor, mejor pasamos de ir de genios y sabios y vamos a perder la cabeza en este mundo rompiendo todo tipo de prohibiciones, empezando por la de no vernos.

Odio tanto a los calendarios como a los horarios, quiero que bailemos un martes a las 2 de la tarde como un sábado a las 4 de la mañana. He aprendido un montón de tonterías, entre ellas a erizarte el pelo, invertir la cromancia de tus preguntas y a besar tus cicatrices sin reproches ni intenciones de ningún tipo.

Me asusta jugar con la gente y puede que haya jugado contigo, aunque a veces dejaba de ser un juego pero jugaba a que no te dieras cuenta. La gente sueña, aspira a llegar a los más alto a sabiendas que luego la hostia será mucho mayor, y así está el asfalto, lleno de trocitos mutilados de soñadores. Soñadores como tú y yo.

He vivido pocos años, los suficientes para dejar en el olvido a personas maravillosas y me trae sin cuidado. Sea o no buena gente, buenagentemente dicho, reniego del mundo. Reniego y me aíslo o puede que no, me sobran carentes motivos para unirme a luchar y la gente empieza a arruinar sus vidas, y con ellas las nuestras.

No hay que darle más vueltas, esto no tiene orden ni lógica. Es sólo eso de sentir que te quieren y hasta poder sentir que lo mereces.





*Gracias a Orión por la inspiración.