Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Dime.

¿Cómo lo haces tú para hablar cuando no tienes nada que decir? Esta mañana he descubierto una chuchería que se llama "sesos rellenos", el mundo está loco. Si me tuviese que arrepentir de algo sólo sería de todos esos te quiero que nunca dije a tiempo.

martes, 28 de septiembre de 2010

Voy.

Voy a hacer que desaparezca todo del todo. Voy a cambiarte por nada y salir ganando en el trueque. Voy a aprender tus trucos y tus artimañas de todas las mañanas, unas veces buenas, casi siempre malas. Voy a saber que hay en tu cabeza con sólo mirarte a los ojos y dar la vuelta a todo e incluso quererte los días pares de cada mes. Voy a cortar todos los folios con palabras guarras y corazones alrededor y voy a hacer un cuadro con todos tus poemas de buenos días. Voy a ir más rápido y a cometer tantos errores como ganas tenga de superarme. Voy a subir a lo más alto sólo por sentir la falta de oxigeno y luego dejarme caer con los ojos cerrados y los puños abiertos. Voy a prender fuego a todas tus dudas, a toda mi ropa interior, a toda la gente que se ha dejado de hacer preguntas y cree poder contestar a todo. Voy a decir sí cada vez que se me antoje y hacer que el carpe diem para mí cobre sentido. Voy a alimentarme de besos todas las noches pero no serán siempre de tus labios. Voy a quererte tanto que te duela, incluso que te duela saber que aunque te quiera más que a nada no podría estar ni dos minutos en la misma casa. Voy a cerrar con candado todas esas puertas que un día deje abiertas y tirar la llave dónde nunca la pueda volver a encontrar. Voy a escuchar tu nombre y no escuchar lo mismo. Voy a convertirme en una melodía acústica que no te puedas quitar de la cabeza.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Domingo astromántico.

Todavía hay canciones que me suenan a ti y atardeceres que llevan tu nombre. Lo que quiero decir con esto es que yo no sirvo para ser una romántica. Que si no sirvo para amar no sé por que cojones acabo siendo amante de tantas vidas. Pero ya no se me volverá a erizar cada poro de mi piel al escuchar eso de "I need your love" en esas canciones que poníamos de fondo a la hora del café, cuando en esa hora hacíamos de todo menos beber café. Sabes de sobra, porque tú siempre lo sabes todo, que echar de menos es uno de mis vicios inconfesables y, que pese a tener tanta práctica, siempre se me ha dado fatal. A veces un se convierte en un vosotros, y a veces confundo los tiempos verbales y mi karma ya no entiende nada. Sigo soñando con que todos esos poetas que guardan algo de magia en sus chisteras me esperen a la vuelta de la esquina para llevarme al baile, para decirme que aunque no tengan nada siempre me lo han dado todo y sentirme como una niña mimada. Entonces abro los ojos y me doy cuenta de que nada de esto va con lo que soy, que yo lo quiero todo, sí, pero sin dar nada a cambio, y me paso de exigente conmigo misma, nunca cumplo mis expectativas. Si me miras por la calle verás que ya no llevo puesto mi sombrero en ningún momento para no tener que quitármelo ante nada ni nadie y últimamente se me olvida con frecuencia ponerme el corazón porque me pesa demasiado y yo siempre he tenido muy poquita fuerza y nada de valor. Por cierto, ¿Has visto la luna que había esta noche? Yo sí y, fíjate, en ese momento no me acordé de ti.


Si tu magia ya no me hace efecto... ¿Cómo voy a continuar?

sábado, 25 de septiembre de 2010

El mundo se ha vuelto loco y tú y yo vamos al revés, por eso lloro hacía adentro para que las lágrimas se me metan en ese huequito de mi cabeza y me obliguen a decir "Mi amor, esto no puede seguir así."

Mirarte a los ojos.

"No sé hablar mirando a los ojos. Tengo manojos de extroversión y puedo hablar hasta por los codos, ser el mejor amigo de todos y no fijar mi atención en vuestra belleza. Soy demasiado flojo. ¿Tengo qué hablar? No necesito entablar conversación. Chica, tengo un amigo al que le molas mogollón y compartís canción favorita. Quiero hablar para que te derritas con mis rayos de emoción, pero soy flojo y mi alborozo cae en un pozo si no oigo afección mientras compongo ilusiones frente a esos ojos que no me atrevo a mirar por miedo a que me mientan. Disimulo tan bien que nadie se da cuenta. Y grito, y gesticulo y, aunque no me pega, me hago el chulo. Aún con los ojos vendados estaría vendido. Tengo un amigo argentino que cuando leo me recuerda que estoy jodido. Mis ojos caen al suelo tras un aplauso merecido. Chica, quiero impresionarte de lejos porque frente a frente tendré miedo de tu mirada y de conocerte, me aterrará hacer lo que más me apetece... ser un niño con mirada de bandido sólo por diversión. Quedarme en blanco, o en negro. Quedarme quieto. Los ojos hablan más rápido que el corazón, se adelantan a una boca que va a decir te quiero, pero yo no los miro porque el síndrome de Stendhal lo llevo fatal. Sabiendo todo esto sólo puedo proponerme sobreponerme a mi esclavitud mental, dejar de posponerme mis días en el jardín de la felicidad, que puede ser esta ciudad, depende de cómo se mire. Y dejar de fingir seguridad para aprender a vivir con el miedo, que es un buengran amigo que cada vez aguanto menos. soy de esa clase de hombres buenos que llevan mal eso de que ser malos luzca tanto, y esa incoherencia que arrastramos nos la acabamos por tragar. Lo mires por dónde lo mires yo construyo mi hogar, y prefiero una casa pequeña a un palacio impersonal. Es más bonito este juego de miradas con la cámara que despotricar. Oigo tan pocos poemas felices... pero hoy tenemos narices rojas y sonrisas que regalar. ¿Cómo esta ustedes? ¡¡Biiieeeeeen!! Tenemos miradas que nos incitan a amar, tenemos chistes malos que contar, tenemos intrigas divertidas que revelar, tenemos inocencia suficiente para iluminar cualquier estrella, inocencia para eliminar cualquier atisbo de culpabilidad.
¡Joder, chica! Si es que tenemos de todo y no nos hace falta de nada."

N.A.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Ahora...

Puede que mi vida sea de usar y tirar pero no olvides que una vez llegué a ser tu vida de usar y tirar. En fin, que no sé si lo que quiero ahora es un milagro o una gilipollez. Pero ahora duermo mejor desde que tengo por seguro que nadie me espera en mis sueños. ¿Ahora qué hago yo? ¿Ahora qué haces tú? ¿Ahora qué hacemos tú y yo? Es que si llegué a quererte es porque eres el único que sabe lo que me gusta. Sabes cuándo. Sabes cómo. Sabes dónde. Eso es todo, que nuestro sofá se está empezando a llenar de moho y yo aquí estoy, sentada en el suelo y muerta de frío.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Calles.


Las calles están llenas de obras y a nosotros nos da por besarnos detrás de cada andamio, a veces debajo de ellos tentando a la mala suerte. Nuestraas ganas están alicatadas, construimos ilusiones y barnizamos con olvido. La luna brilla en el cielo, otras veces en mi sonrisa y casi siempre en tus ojos.
En la calle hay músicos que tocan la guitarra y también está la chica esa de la minifalda que siempre te guiña un ojo y hace que me ponga celosa. Qué sí, la chica esa que baila al son de la vida alegre.
Por la calle pasa el chatarrero dando voces, tú le imitas y me río. Mientras te digo a gritos en silencio que en mi espalda tengo más de dos mil poemas para que tú los leas, que en mi bolso llevo tres velas para iluminar tu cuarto y, no lo niegue, ambos sabemos que siempre he tenido un huequito en tu colchón. Porque ahora no quiero más. Me asusta tener un huequito para mi ropa interior, mi cepillo de dientes y mis malos despertares.
Cruzando la calle hay unos niños jugando al fútbol persiguiendo un balón y enfrente hay una niña vestida de princesa imaginando que es un hada usando un consolador como varita, no entiende que es el sustituto a los polvos mágicos. Pero cada loco a su tema.
Cada loco a sus andamios, a sus guitarras, a sus minifaldas, a sus chatarras, a sus balones, a sus consoladores. Porque el frío está a la vuelta de la esquina y por las calles no quedará nada, sólo la nostalgia de tus manos y echarla de menos es estas noches frías.

martes, 21 de septiembre de 2010

-Pero, ¿estamos hablando de virtudes o defectos?
-¿Cuánto tiempo nos queda?
-Pues yo diría que bastante.
-Entonces podemos hablar de tus virtudes y mis defectos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Eternal sunshine of the spotless mind.

En el fondo me da miedo de que cualquier noche de estas no quieras cantar o imitar un solo de guitarra en mitad de un bar conmigo o prefieras hacerlo con esa chica del fondo de la barra. Puede que un día de estos eche a correr pensando que vendrás detrás y al darme la vuelta hayas desaparecido y ya no sepa que hacer ni dónde buscarte, puede que ni siquiera sepa buscarte porque en el fondo no llegué a encontrarte nunca por eso de que voy por la vida con una venda en los ojos. Un día de estos empezaré a echar de menos tus dedos por mi espalda para despertarme, las sonrisas teñidas con café después de comer(nos) y nuestras continuas discusiones. Recuerdo como corríamos entre multitudes mientras la gente desaparecía a nuestro alrededor pero eso formaba parte del día a día. Ahora nos miramos pero no nos vemos, nos tocamos pero no nos sentimos y, a pesar de todo, noto el corazón acelerarse al mismo ritmo que el tuyo cuando me coges de la mano. Somos un eterno resplandor de nuestras mentes sin recuerdos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Cosas de la gramática.

Ya no me motiva jugar al gato y al ratón, ni pasar las noches mirando mi reflejo en una copa de ron. Intento no engañarme ni engañarte, así que la próxima vez que te acerques y me digas"Estas no son horas para un chica como tú y mucho menos en este sitio, siendo tú tan poquita cosa y con tan poca ropa" no sonreiré y pondré cara de buena, simplemente me limitaré a dar media vuelta.
Cada vez soy más de carne y menos de piedra, estoy aprendiendo a arrepentirme de las cosas y a disfrutar de los momentos. Puedes seguir arañándome, pero por favor, no dejes de besarme, lo que no quiero es que intentes salvarme de lo que llamo mi vida ni que te pierdas en ella.
Una vez un tipo me preguntó que quién me pensaba que era yo. Soy algo así como la perfecta imperfección, como una paradoja con solución exacta y decimales, como la bendita locura, y bendita y loca. No hay mucho de donde sacar tampoco si no te atreves a imperfeccionar la perfección o volver loco a todo lo bendito.
Tú haz que arda París esta noche que yo sigo en mi hoguera de sábanas negras y cartas sin remite ni destinatario. Dejo la puerta entornada por si me vuelven a entrar ganas de buscar tu olor las noches que duermo sola. Pero así, "ganas" en plural, porque no me da la gana (en singular) de ser la que siempre pierde mientras tú consigues ganar (en infinitivo, imperfectamente).

sábado, 18 de septiembre de 2010

Astucia.

Odio la astucia. La odio cuando no me siento astuta ni quiero serlo porque si lo fuera acabaría con todo esto para siempre. Aunque bien pensado debería someterme, animarme y apretar el gatillo. Ahora hazlo. Dijiste que lo harías. Métete en las cuevas que imaginaste y quédate allí meses, años, siglos... leyendo tus hermosos libros y bañándote en las piscinas de los templos. Vete antes de que sea tarde. A veces soy más astuta de lo que me gustaría. Yo, a cambio, te recordaré como a ese neurótico que enloqueció en una tarde de verano y que nunca recobró la razón. Y el Había una vez se convirtió en un no hay más veces.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Despertares.

Hay mañanas en las que te levantas especialmente tonta. Te gustaría conservar todos esos peluches de tu infancia para hundirte entre ellos, escuchar esa canción que hace que sea inevitable la aparición de esa sonrisa en tu cara o que alguien te invite a uno de esos helados de tarrina que hay en el mercadona. Te levantas y lo primero que harías sería gritar por la ventana que sigues viva y... ¡qué coño! Que tú también eres especial, porque, aunque no tenga sentido ninguno, eres jodidamente especial. Luego, con el camisón aún puesto y el pelo alborotado, saldrías a vagabundear alguna calle con un gato y al mirarlo sentir como se te eriza el pelo. Da igual las fichas que mueva el mundo porque tú estás en casa o te has caído al pozo pro da igual, porque sin saber como hoy te sientes un poco más niña y un simple abrazo te serviría de salvavidas. Hay mañanas en las que te apetecería que te despertaran a besos, pero de esos inocentes que te alegran el día sin querer nada a cambio.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Renoir.


-Esa chica del vaso de agua creo que está distraída porque está pensando en alguien.
-¿Te refieres a alguien del cuadro?
-No, quizá un chico con el que ella se cruzó y le dio la impresión de que los dos se parecían.
-¡Ah! Osea que ella prefiere imaginarse una relación con alguien ausente que tener una con los que están a su lado.
-No sé, quizá sea lo contrario y ella se desvive por arreglar la vida de los demás.
-¿Y de ella? De todos los desarreglos de su vida... ¿quién se ocupará?

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¨

Vivo entre cuatro paredes a los que suelo llamar el zulo de mi mente. Soy mi propia víctima y verdugo. Respiro pensamientos. Siento el vacío y no estoy envasada. No es que piense que el recuerdo vale más que la persona pero... hay veces en que me lo planteo. Es hora de que empiece a vivir para mí.

martes, 14 de septiembre de 2010

Por suerte los dioses no se enteran de nada.

Son las noches de alcohol y las mañanas paseando por la plaza mayor. Se nos acaba el tiempo y no me siento capaz de convertirte en un hombre tal y como el diablo me exigiría para tenerte cinco minutos más conmigo. No hay pecado capital que se libre de nosotros, y no sólo me refiero a la lujuria, lo que pasa es que me da demasiada pereza hablar de la envidia que tengo de tu ira o de la avaricia que siento por ser un poco más soberbia, y gula es lo que nos sobra cuando nos comemos el uno al otro. Pero en este poco tiempo puedo seguir improvisando historias y escribir un libro en el que tú y yo no pintaríamos nada, porque será un libro precioso y súper empalagoso. Es que querernos es como bailar un tango, lleno de deseo y odio. Así que permíteme que te diga que cuando nos toque despedirnos debemos de hacerlo con clase. Déjame que te mande a la mierda con estilo y elegancia, como sólo tú te mereces.

lunes, 13 de septiembre de 2010

El juego se había puesto en marcha de nuevo.

Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico. ¡Qué gozada! Era lo mejor del mundo, mejor que las drogas, mejor que la heroína, mejor que el costo, cocaína, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácido, LSD, éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano, mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los teleñecos, que el fin del diario. Mejor que los andares de Ally MacBeal, Marilyn, Mario Bros, la pitufina, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawfold. Mejor que la cara B de Abbey Road, que los solos de Hendrix, mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la luna, el space mountein, papá Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances de Dalaí Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock, que las raves más orgásmicas, mejor que los excesos del marqués de Sade, Riambaud, Morrison y Castaneda. Mejor que la libertad, mejor que la VIDA!!

domingo, 12 de septiembre de 2010

Día de resaca.


Me siento tan intoxicada que no puedo comprender nada. Pienso en todo y nada se me ocurre. Las noches son todas iguales y, en cambio, todas tienen algo diferente. Cada vez que oigo mi nombre no me suena igual porque algo ha cambiado en tu voz y en tu sistema nervioso, en tu forma de escribir y en tu forma de erizarse el pelo. Después de cada calada inspiras y expiras, inspiras y te inspiras. Mueres 7 minutos y vuelves desbordante de ideas entre humo y ceniza. Siento lo acústico de 900 guitarras dentro de mí. Me revuelvo entre las sábanas, te beso, miro mi reflejo en tus ojos y mientras me coloco el flequillo prometo no reprocharte nada. Puede que sea un estúpida y me esté volviendo loca. Arrastro todo lo que veo para poner más empeño en el siguiente beso, porque aunque nunca haya entendido las matemáticas tengo la cabeza cuadriculada, manías que desesperan a cualquiera y una lista perfectamente numerada. Me repito: No te preocupes de ser constante y averigua lo que te falta. Me arrastro a la cocina a por el cuarto litro de agua.

viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Decías?

A veces quisiera vivir en un anuncio, como en ésos que todo es bonito y suena una música pegadiza de fondo. Hacerte sentir el placer como cuando explotas las burbujas de plástico del embalaje, o ser mágica y tentadora, como esos extraños nombres que les ponen a los cócteles, que no sabes qué coño llevan pero... necesitas probarlos. Lo que pasa es que siempre veo el vaso medio lleno, el problema es que a veces ese vaso sólo lleva veneno. Hay cuando no entiendo nada, por muchos bocetos y croquis que hagas, con flechitas y anotaciones, nada, no hay forma. No me rindo, estoy en continua lucha. En lucha conmigo, contigo y hasta con los perros, pero la lucha está fuera y no me doy cuenta. Las causas pérdidas hay que dejarlas como lo que son y no romperse la suela de las zapatillas intentando buscar una solución. Existe gente maravillosa que es capaz de ver lo bueno de cada persona y hacer que éso brille con más fuerza que el resto, también está la gente que no ve más allá de su nariz y es incapaz de descubrir la ligera chispa que cada uno guarda en su pupila y luego está la gente que cierra los ojos para ver sólo la verdad. Puedes pensar que no tengo corazón o que voy de cama en cama con quien juega a la oca, pero ¿quién decide lo que es amor? Todo acaba sucediendo en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Lo mío no es jugar al ajedrez con las personas como si fueran peones. Lo siento, no soy para nada como tú pensabas y, la verdad, me encanta.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Aquella luz del faro.

Cada tarde volvíamos al mismo faro a intentar recuperar la luz que había en ti, en mí y en aquella fotografía. Volvimos cada tarde durante casi un año pero... aquella luz no volvió. Tampoco lo hizo una que se le aproximase. Quizá esa luz nunca lució o quizá ese día no existió, sólo fue un efecto de un carrete mal revelado. Ese carrete escondido en la guantera con todo lo que sí existe. Paraste el motor, se oía la radio de fondo y nos dormimos. Soñé que tocabas el piano en mi funeral, aunque no estábamos en mi ciudad ni estaba mi familia, ni siquiera amigos, pero eran tus manos en mi piano frente a mí, muerta. Me desperté y caminé hacía el faro. Te despertaste y me acariciaste una pierna, pero en el asiento del copiloto no había nadie, sólo la tapicería ya algo vieja. Saliste del coche y mirabas como mi pelo se movía con el aire o como las ideas pueden verse cuando vuelan cerca del mar. Y luego, como anticipo y sin previo aviso, aquella luz.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Me dan miedo las prisiones y las presiones.

Lo dramático va creciendo en mí a gran velocidad. Poco a poco apenas consigo dominar mis emociones y no recuerdo ya quien era. Ser como un brillo malva en mitad del universo, que cambia de forma constantemente. Ser una mancha en el cielo que ni mil astrónomos encuentren jamás, y volverme enigmática y, a veces, sencillamente complicada. Intento averiguar que es lo que quiero y adorno todo lo que ya desecho de mi vida, porque ya sólo es éso, decoración de una vida anterior ya pasada. Pero ya no busco llevarme momentos a la cama, ni quiero que me abracen para hacerme gritar por mucho que hierva mi sangre hasta quemar mis células y pierda el control. Ahora lo quiero todo. Quiero llorar de alegría y reírme de mis tonterías. Quiero un cambio, un terremoto, otro destino, un huracán que suba hasta el infinito y me deje caer en algún lugar desconocido. Poner a prueba el instinto de supervivencia. Pero no quiero ser una fugitiva del mundo, ni un cuerpo bonito pero vacío, ni un cúmulo de nada con vestido y sin sonrisa. Porque soy como una hoguera, un maremoto o un disparo. Soy la locura que hay en ti y lo indómito que reside en mí y, cuando todo va mal, a veces soy quien te empuja desde el precipicio.

martes, 7 de septiembre de 2010

Caos.

Los artistas a veces somos un poco así, algo desordenados. Encima de mi cama puedes encontrar la almohada sí, y también ropa, libros y hasta una guitarra sin una cuerda. Pero todo nos dice algo, por eso evitamos en cierto modo el orden, sí, sin sentido. Tampoco tiene sentido que me peine por las mañanas cuando sé que al irte a despertar tendré el pelo más alborotado todavía y paso de lavarme la cara porque me gusta el aire que me da el pintalabios extendido hasta el carrillo izquierdo, en parte me recuerda a ti, tan desordenado y desorientado como yo. El suelo está lleno de cosas, mira ahí, está tu calcetín al lado de mi cámara de fotos que nos observa en silencio. Si intentamos salir me agarras de la mano con cuidado de no pisar nada, bueno, me agarras de la mano o te coges del pañuelo que cuelga sobre la estantería, quién sabe. Ya no voy a discutirte ni a contarte más detalles porque lo que quiero es que vengas a verlos tú, que encuentres el pincel que se me calló ayer debajo de la cama y me dibujes una sonrisa o que te escondas bajo las sábanas, me da igual, pero déjate de tonterías. Los errores están para cometerlos y ya luego, si eso, arrepentirse. Pero qué se le va a hacer, tu calcetín está por ahí perdido y yo con mis ganas de más, de tus brazos y de tus abrazos. Soy así de desordenada y todo me dice algo. Ahora no sé dónde te tengo pero sigo mi orden en mi caos, por éso sé que te acabaré encontrando.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Firmín.

La verdad es que nunca ha estado bien de la cabeza. Lo que pasa es que él no ataca molinos de viento. Hace algo peor: sueña con atacar molinos de viento, está deseando atacar molinos de viento y a veces imagina que ha atacado molinos de viento. Molinos de viento o molinos de cultura... digámoslo de una vez, los más deleitables e irascibles de los objetos, trituradoras eróticas, molinitos lascivos de lujuria, factorías carnales de raros goces, fantasilandias de fornicadores frustrados, cuerpo mismo de las beldades, y, al fina, ¿Cuál es la diferencia? Una causa perdida es una causa perdida. Pero él no se va a obsesionar con esto ahora. Ya se obsesionará más tarde.

domingo, 5 de septiembre de 2010

La vida rima.

No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza
por
eso de que sus caderas...

Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras
y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.

Pero además la he visto seria, ser ella misma,
y en serio que eso no se puede escribir en un poema.

Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas,
y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué fácil parece a veces enamorarse.

Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo
de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...

Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.

Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente
para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas.

No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece,
luego te abrace y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.

Así que supondrás que yo soy el primero que entiende,
el que pierdas la cabeza por sus piernas y el sentido por sus palabras,
y los huevos por un mínimo roce de mejilla.

Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa,
las incomodidades de orgullo que pueda provocarte,
son algo con lo que ya cuento.

Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada,
que hace tiempo que escribo los míos.

Que yo también la veo.
Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.

Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.

Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido
y en formato secreto.

Que me sé sus cicatrices,
y el sitio que la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas,
y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra.

Que yo también he memorizado su número de teléfono,
pero también el numero de sus escalones,
y el numero de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías.

Que no sólo conozco su última pesadilla,
también las mil anteriores,
y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada,
porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).

Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella,
rendida a ese puto milagro que supone que exista.

Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos,
y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino,
y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.

Que lo de "Mira sí, un polvo es un polvo",
y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas
y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.

Que te entiendo. Que yo escribo sobre lo mismo. Sobre la misma.
Que razones tenemos todos...

... Pero yo, muchas más que vosotros.


Y a veces, yo también le quiero por muchas más razones.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Él.

¿Quieres que te hable de él?
Pues él es entre todos los gatos el que consigue trepar a lo más alto de las ramas de la oportunidad. Sus besos saben como el limón después de un trago de tequila. Él es la carcajada de un niño sin malicia y entre todos los árboles de un bosque él es el árbol que me da sombra cuando tengo calor. Es un texto entero lleno de comparaciones que no llegan ni a la suela de sus zapatos viejos. Es esa cara que pone mientras recorre mis piernas con un hielo y yo le llamo "capullo" y también la cara que pone cuando me sopla fuerte en la oreja derecha y escucha "éstate quieto, tontolculo". Porque a veces puede llegar a ser como la bofetada más sonora del mundo o como ese ruido que hacen los pies al patinar en el plato de la ducha, también es como ese lío que te haces con tus propias palabras y también como la sensación que te produce eso, esa sensación de ser un tonta que no sabe como explicarse, como la que tengo yo ahora mismo. Es saber algo que te produce incertidumbre con toda certeza. Es como ese olor que se te mete en la cabeza aunque apenas es perceptible pero se mete ahí dentro y no hay forma de sacarlo. Es ese tono de voz con que me pide que hable un poco más o que por favor me calle. Es como cuando me pregunta por esas cosas que nunca le cuento y ve como me sonrojo mientras él se ríe con los ojos tristes. Es como ese folio vacío que me da miedo y como cuando cojo un bolígrafo y ya nada me puede parar. Es como nuestro idioma secreto a base de gritos mudos y miradas fijas. Es como ese deseo que me provoca y como esas ganas que me dan a veces, cuando me saca de quicio, de morderle una oreja hasta arrancársela o de cortarle los dedos de los píes para que no se ría de mí por usar una talla 37 o dejarle arañazos por todo el cuerpo, vamos, como todas esas cosas que nunca haría porque él sabe que yo prefiero quedarme quietecita en un lado de la cama para que me arrope. Es como nuestras peleas al poner discos de vinilo en mi tocadiscos porque nunca nos ponemos de acuerdo en nada, por éso odio ese poder de convicción que tiene conmigo. Es como nuestra historia, que no es de amor ni de pasión pero es de algo que se le parece y no empieza con un Érase una vez ni nunca me ha llevado a comer perdices porque en nuestro cuento no hay príncipes ni princesas sino un sapo y una rana que saltan entre nenúfares. Es como esa sensación de haber tropezado sin querer con éso que llevabas toda la vida buscando. Como la sensación que tengo de conocerle de toda la vida en vez de llevar apenas un mes enredada en su pelo y entre sus ideas. Es como esa manía suya de querer comprenderme y esa manía mía de querer desquiciarle. Es como cuando nos sentamos el uno frente al otro a contemplar todas nuestras diferencias y sentir como se funden con un simple beso. Es como poder escribir todo un libro sólo hablando de él.
Es que cuando me piden que hable de él no sé por dónde empezar ni cuándo acabar...

viernes, 3 de septiembre de 2010

-Has cambiado desde que nos conocimos.
-¿Ah, sí?
-Desde luego.
-¿Y en qué se supone que he cambiado?
-No sé, en todo... te has hecho mayor.
-¿Por qué lo dices?
-Porque tus zapatos ya no tienen agujeros y en tus converse ya no están escritas nuestras iniciales.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Todo fluye e influye.

Igual me pasa un poco eso, que sin ti me siento vacía pero contigo tampoco estoy llena. Hay momentos en los que sé que tú eres el único que puede llegar a entenderme, que incluso te necesito. Otras veces, en cambio, te desquicio, yo y mis absurdas manías, mis deseos de abrazarte pero mejor otro día. Lo que pasa es que ahora no soy yo, por no ser no soy ni persona. Ahora sólo soy un cuerpo con un cóctel molotov en el interior. De verdad qeu lo siento, pero sólo te pido un poco más de paciencia, que sabes que conmigo nunca sobra. La próxima vez que me mires y me digas "pero mira que estás rara" intenta sonreír porque sabes que es algo temporal, que ya falta poco. Ni eres tú, ni soy yo. Quizá es este mundo que está lleno de mierda y poco a poco nos contagia. Pero por favor, quédate otro rato a mi lado, contigo hay más bueno que malo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Jugando a no perder.

Ya no es que no arriesgue porque no quiero ganar. Ahora simplemente prefiero no perder. Quien quiere algo lucha y lo consigue, quien no quiere nada se limita a que las luchas no estén demasiado cerca. Resumiendo, he conseguido construir mi corazón con mimbre, se puede doblar antes que partirse. Juré que desde ese momento nadie me volvería a hacer daño, tú no serás el primero. La clave para sobrevivir es evitar las guerras, y más si son con una misma.