Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

miércoles, 24 de octubre de 2012

La clase de los tontos.

Ya está. Se acabó. Basta he dicho. ¿Qué nos pasa? Como se nota que en España siempre han mandado los abusones. En España los que van de listos son los que se quedan sin casa y se van a llorar a una esquina, diciendo que les roban porque les tienen envidia pero que ellos son más listos. A nosotros nos están pegando para robarnos el bocadillo del recreo y encima les protegemos, les damos más poder con nuestros votos, les tenemos miedo. Luego están a los que llamamos "malotes". Esos malotes son los que están tirando piedras al abusón que nos pega y nos roba, son los que en las noticias llamamos "antisistema". Las madres dicen que no nos juntemos con ellos, que no nos defienden, que son seres conflictivos. Mientras los abusones se cambian tarjetas de visita como si fueran cromos, y cuando no son tarjetas de visita son contratos laborales. Intercambian papeles de colores sin detenerse a pensar que son vidas, que son familias. Nosotros aguantamos día tras día sus abusos y les reímos las gracias, les aplaudimos. Una panda de imbéciles es lo que somos. No tenemos agallas para luchar por nuestras vidas, por nuestras familias, por nuestros bocadillos. ¿Pensamos seguir así mucho tiempo? Porque creo que ya es hora de decir que el bocadillo nos lo quitaron ayer, pelearemos por el hoy y será nuestro mañana. Sinceramente, estoy cansada de estar en la clase de los tontos.

sábado, 20 de octubre de 2012

La noche en Madrid.

Estoy en un momento tan frágil que un simple portazo con la ventana abierta bastaría para destruirme, pero también un simple 'te echo de menos' podría salvarme la vida. Hace tiempo leí que las personas tristes son las que viven ancladas en el pasado y que las personas angustiadas son las que se preocupan por el futuro. Para ser feliz lo mejor es disfrutar el presente, por eso quiero volver a ser yo. Pienso volver a perderme por las noches en cualquier bar y engancharme al primer hombre con sombrero que jure conocerse todas las constelaciones de Madrid. Que me pueda enseñar la belleza que forman las farolas de la Gran Vía, de Serrano y de Callao. Sé que la mayoría piensa que estoy loca, me da igual, a fin de cuentas todos vivimos en el manicomio. He decidido dejar de buscar para poder encontrar. Encontrar a un bello sombrerero loco, con la camisa remangada. Para no mancharse, porque no le da miedo darse de ostias contra la vida y que sea capaz de besarme en la frente para curarme de ella. La vida es así, la mejor amante de todas, sólo merece la pena si te arriesgas a vivirla. A pesar de las discusiones, de los golpes y las risas. Porque, créeme, cuando todo se rompe las caricias duelen más que los puñetazos. Cuando todo se acaba los besos saben a humo y los versos ajenos es lo único que te termina de saciar.

Las calles de Madrid por la noche parecen más largas y estrechas, como toda una vida buscando la salida en lugar de disfrutar el camino. Esta noche huele a polución, a cervezas por las esquinas, a gatos por las aceras, a renovación. Huele a agárrate de mi mano que vamos a perder el control.

martes, 9 de octubre de 2012

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Podrías hablar de lo que haces tú con tu vida, no de lo que hago yo en mi cama. Podrías escribir de lo que haces tú en mi cama, no de como yo destrozo tu vida.