Abrió la puerta y entonces padre lo llamó.
Se levantó y enarcó una ceja, como si su hijo hubiera olvidado algo.
Bruno lo recordó en cuanto su padre hizo el saludo, lo imitó a la perfección:
juntó los pies y levanto el brazo antes de entrechocar los talones y articular con voz fuerte y clara (lo más parecida a la de padre) las palabras con las que siempre se despedían los soldados:
-Heil, Hitler!
Lo cual suponía él que significaba algo así como "Hasta luego, qué tengas un buen día."
"El niño con el pijama de rayas." John Boyne.
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