viernes, 9 de diciembre de 2011
Intriga.
Después de tanto tiempo sólo me quedan las preguntas sin respuesta. Me quedo con la intriga de si fueron las noches sin dormir, los cigarros a medias, las miradas de reojo, los polvos a escondidas, o simplemente fue cosa del café, de la música en discos de vinilo y que todo parecía mucho más fácil los viernes. Esa intriga que no resuelve el porque, sin razón, entre excesos y civilización, se me habrían las piernas como si fueran el corazón.
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