-Venga, estas cosas no suceden porque sí. ¿Quién era la que decía que no existe lo casual sino lo causal?
-Anda, déjalo. Es tarde y has bebido demasiado, además te he visto seguirme desde hace dos horas...
-¿Sólo me llevas viendo dos horas? Entonces sí que se me da bien pasar desapercibido.
-¿Qué? ¿Desde cuándo me llevas siguiendo?
-Mmmm... más o menos desde que te conocí, así que haciendo un poco las cuentas son unos tres años, seis meses y diecinueve días. Si sólo me has visto las dos últimas horas no lo he hecho tan mal, ¿no crees?
-Estás tonto. Te acompaño a la parada del bus, todavía no ha salido el último y...
Entonces él la besó y poco a poco ella notó como era el mismo beso con el que llevaba soñando unos tres años, seis meses y diecinueve días.
sábado, 10 de abril de 2010
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