Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

jueves, 15 de abril de 2010

Nada.

Él con su violín podía hilar una alegría tan fina capaz de sobrepasar los límites de la tristeza. Es una música que no tiene nombre, que no se puede describir. Inventaba melodías que nunca he podido volver a oír. En sus notas podía ver mi propia muerte, el sentimiento de mi desesperación total hecho belleza. Era una angustiosa armonía sin luz.
Paraba de frotar sus cuerdas y al ver el brillo de mis ojos me sonreía y me decía:
-Creo que a ti te podría hipnotizar... ¿Qué te dice la música?
-Nada. No sé, simplemente me gusta.
-No es verdad. Lo leo en tus ojos. Dime lo que te dice, lo que te dice al final.
-Nada.
Me miraba defraudado un momento. Luego, mientras guardaba su violín:
-Sé que no es verdad.

Pero al igual que nada es lo que me dice su música, nada es lo que siento por él. Es el mismo nada que no existe y que él tiene que creer.



Feliz cumpleaños nene.

No hay comentarios: