Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

lunes, 12 de abril de 2010

Duro, como el diamante.

-Tienes razón, es absurdo que prefiera imaginarme a su lado a disfrutar de tu compañía. Sé de sobra que no tiene ningún sentido que esté enamorada de él mientras tú me has regalado los momentos más bonitos de mi vida pero... él cuenta con el factor sorpresa y es que me cuesta anticipar sus gestos, sus palabras, sus besos. La putada es que igual de sorprendente que ha sido su llegada va a ser su despedida.
-Me alegra saber que por lo menos tienes claro que se va a ir, espero que al ir haciéndote a la idea no te duela tanto, piensa que igual en ese momento yo ya no estaré a tu lado.
-Nunca me voy a poder hacer a la idea de que llegará un día en el que no esté, porque eso me hace tener más ganas de aprovechar hasta el mínimo segundo el tiempo que nos queda, no sé, es todo tan difícil. Encima luego estás tú que...
-¿Qué? ¿Eso significa que tenemos que volver a odiarnos como cada vez que nos enamoramos de otras personas?
-Nah, odiarte sería demasiado fácil. Esa es la opción de los cobardes. Lo que más me cuesta es saber que cuando te miro en el fondo me muero de ganas de besarte pero que no puede ser. En realidad tú tienes miedo a que pase algo y yo... bueno, sabes que ahora estoy enamorada, es lo peor que me podía pasar ahora, por eso le quiero y le odio al mismo tiempo. Pero no te quiero engañar, a ti no. Yo me engaño cada minuto pensado que en verdad no le quiero, que sólo es un afecto especial e inesperado lo que siento hacía él, nada más. A ti no te quiero engañar, no quiero complicar más las cosas.
-En el fondo todo lo haces porque eres una cobarde. Porque no tienes cojones a decirle que le quieres a la cara, porque tienes miedo a que esto le incomode y desaparezca o porque tienes miedo a que él también esté enamorado de ti. Porque eres incapaz de querer a alguien que no seas tú misma por pánico a que te puedan hacer daño. Porque te aterra que pensar que yo pueda desaparecer y deje de estar a tu lado. No tienes nada claro porque eres tú la primera que no quiere que se aclaren las cosas. Lo fácil no es odiarme, lo fácil es meterte en tu disfraz de chica incomprendida y esperar que el mundo se apiade de ti. ¡Eso es lo fácil!
-Y lo peor es que tienes razón. Soy una cobarde.
-Lamentándote no vas a arreglar nada, espero que estés cómoda en tu disfraz. Cuando tengas cojones a afrontar que no te quieres enamorar de nadie porque eso te aterra, que no quieres olvidarme porque en el fondo me sigues queriendo y que él te va a destrozar el corazón mediante sonrisas y bueno momentos, entonces, podemos volver a hablar. Espero que tengas suerte.

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