Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

sábado, 5 de junio de 2010

El aire se llamaba Timoteo.

Aunque no te lo creas he dejado de existir. Me ves por todas partes. Dejo mis restos en los muebles de tu casa, entre las páginas de algún libro, en un drama romántico y los barrotes de mi ventana han perdido toda su gracia.

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