Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

miércoles, 16 de junio de 2010

Extraño.

Todo es muy extraño, para qué engañarnos. El tiempo parece que no avanza y otras veces deseo que no suene el despertador que me obliga a dejar de soñarte. Yo permanezco en un estado de Stand by continuo porque dejo todo para cuando esté contigo y me acojono si te tengo a menos de dos metros. Es como quien respira para no morir, no para vivir. Estamos rodeados de locos, suicidas y valientes y a nosotros nos ha tocado la desgracia de poseer algo de cordura, amor propio y dos dedos de frente. Llenaremos de halagos al destino y no nos demos por vencidos, pero yo hoy no te quiero si tú no me quieres mañana. Puede ser que siempre nos hayamos tenido, que desde el primer día supiéramos que sólo tú sabes como hay que despertarme y que sólo yo sé como hay que arañarte. En mi sonrisa se reflejan tus "Buenos días, princesa" y en la tuya mi caligrafía de gata que tengo a oscuras bajo las sábanas sobre tu espalda. Todo sigue siendo extraño porque no sé si me estoy equivocando al seguirte el juego o simplemente te abrazo de broma para luego decirte en serio que me estás enamorando, eres el error en el que caigo más fácilmente. Una vez acabado con nuestros miedos y nuestro poco amor propio correremos a destrozarnos el uno al otro. Yo sentiré como me cuesta volver a andar y tus tímpanos sólo recordarán mis gemidos que le dieron su último adiós. Tendremos que aprender a ahorcarnos y a correr por las vías del tren tratando de robarnos fotos en tamaño carné. Pero esto lo dejaremos mejor para otro día porque hoy, como es extraño, sólo me apetece sellarte los labios con mis dedos y decirte que la palabra imposible no está en mi vocabulario.

No hay comentarios: