Tú eres el otro.

No, no he abandonado esto, es simplemente que me he abandonado al abandono para combatir con el ceño fruncido y sonrisas vacías mi ninfomanía caprichosa con un cinturón de castidad. Es simplemente que me he dado cuenta de que soy la otra del otro de otra que no sabe ni lo que quiere y lo que quiere no lo tiene. Pero vaya, es sólo eso, todo va bien. ¡Venga! A tomar por culo con todo. Que te echo de menos. Igual no, qué sé yo si estoy abandonada al abandono maldiciendo tu nombre que me encuentro en escaparates, aceras y hasta en el espejo. Todavía me pregunto si volverás o si volveré o por qué nos fuimos o si alguna vez estuvimos en algún sitio.