lunes, 6 de septiembre de 2010
Firmín.
La verdad es que nunca ha estado bien de la cabeza. Lo que pasa es que él no ataca molinos de viento. Hace algo peor: sueña con atacar molinos de viento, está deseando atacar molinos de viento y a veces imagina que ha atacado molinos de viento. Molinos de viento o molinos de cultura... digámoslo de una vez, los más deleitables e irascibles de los objetos, trituradoras eróticas, molinitos lascivos de lujuria, factorías carnales de raros goces, fantasilandias de fornicadores frustrados, cuerpo mismo de las beldades, y, al fina, ¿Cuál es la diferencia? Una causa perdida es una causa perdida. Pero él no se va a obsesionar con esto ahora. Ya se obsesionará más tarde.
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2 comentarios:
Eso, hasta que encuentre su Dulcinea del Toboso... Mientras tanto, tocarán molinos a lomos de Rocinante.
Mientras sancho le coge del brazo e intenta que apartarle de la locura.
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