Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Groucho Marx.

martes, 16 de marzo de 2010

Con alas de hormigón.

¡Espera! No te vallas, si éste es nuestro final quiero pedirte una cosa.
Quiero que sepas que nunca soporté el olor de tus cigarrillos,
tu absurda manía de seguir los mismos pasos para cada situación cotidiana,
tu irritante perfección,
el tono de voz con que decías que estaba loca
(aunque los dos sabíamos que eso te hacía enloquecer a ti también),
que nunca reconocieras estar equivocado,
la sonrisa que se te escapaba cada vez que me corregías y llevabas la razón...

Sólo te quiero pedir una cosa más,
que hagamos el amor durante toda la noche
y que por última vez finjas que todo es perfecto en mi país de las mil maravillas,
ya que mañana sólo te quedará de mí el recuerdo de alguien que te enseñó a convertir tus sueños realidad y a poder volar con alas de hormigón.

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