viernes, 14 de mayo de 2010
Las octavas partes nunca fueron buenas.
Vienes con tus sonrisas y tu aliento a aguarrás, con tu sabiduría de yo no sé nada y un poco más, con esa mala arte, pero arte a fin de cuentas, que acaba con toda mi cordura. Yo pienso en ignorarte y hay veces que hasta lo consigo, sabes que el orgullo hace lo que quiere conmigo, pero ya ves, estoy por encima de todos los seres de este mundo y siempre a tus pies. Contigo no controlo ni lo que digo, por eso me enfado y digo cosas feas que carecen de sentido pero... coño, es que hay veces que te lo ganas a pulso, en el fondo te mueres porque no controle mis impulsos. Luego me arrepiento y algunas noches hasta te echo de menos y me echo de menos enredada entre tus sábanas, peleándonos por la almohada mientras escribes poesía desgastada con tus dedos por mi espalda. Tú cada fin de semana duermes con una y a veces coincides con la misma. "Esta noche no sé si tocara con Menganita o Fulanita" me dices al despedirme en el portal y yo espero a que me presentes a alguna Mengana porque hasta ahora, la verdad, sólo te he visto con Fulanas. Las noches para mí son diferentes, ya sabes, me las paso de bar en peor. Conozco a aquel chico y a éste y también a su primo. Que las noches que no duermo contigo al menos duermo con un buen colocón encima y alguien que enloquece si me mira.
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