Apriétame bien las manos y agárrate a mi cadera, apóyate si quieres en mis hombros o mira mi cuerpo como a ese paisaje desconocido por el que has pasado más de mil veces sin prestarle atención.
Tú, en cambio, eres un inmenso castillo, de esos que tienen pasadizos y cuartos oscuros. Eres un castillo lleno de secretos, de rincones escondidos, de cuadros que te miran y otras veces te ven. Por fuera estás desgastado de aguantar tantos chaparrones, golpes y arañazos, y a pesar de todo, se te ve resistente.
Mientras estoy sentada, frente a ti, analizándote, me dices con una sonrisa, "Eh, nena, la última vez que me diste un libro tenía una dedicatoria que no era para mí." Yo pienso, C'est la vie.
En ocasiones la que calza tacones, lleva el pelo suelto y se come las manzanas de dos en dos se enfada. Pone su mirada triste y se calla.
2 comentarios:
uy se me ha borrado :(
¿Sabes?Hay personas que tienen un don...y es el de llegar a otras muy dentro solo con palabras.
Tú lo tienes
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